Nicolás Fernando Oliva, apodado como “La Lora”, nació el 24 de septiembre de 1971, en Córdoba capital. Es un ex futbolista, que tuvo su debut deportivo en 1990, en Instituto Atlético Central Córdoba. Su fama de goleador, lo llevó a emigrar al fútbol japonés, jugando para el Shimizu S-Pulse. En 1999 retorno a Córdoba para recalar en Talleres. Participando en la obtención de la Copa Conmebol. En 2001 jugó nuevamente en Japón, club dueño de su pase. De regreso volvió a jugar en Instituto, General Paz Juniors en 2003. Terminó su carrera como jugador en 2004, en Sportivo Belgrano, de San Francisco, en la categoría Argentino B. Con él hablamos sobre ru rol actual en Córdoba:
-¿Cómo es la experiencia de estar trabajando en Los Lobitos?
-La experiencia es la misma, porque yo hace años que vengo trabajando con chicos de 12, 13 y 14 años. Lo hice muchos años en los clubes de Córdoba, y ahora tengo la posibilidad de estar acá en Los Lobitos, en representación de la UE.
-¿Cómo te toca vivir este momento en la formación de los chicos?
-Lindo. Es algo de lo que yo trato de hablar con ellos, para que progresen y que tengan cada día un poquito más de enseñanza.
-Como entrenador de suma trascendencia ¿Te piden consejos?
-Y si, como todo chico. Acá la liga de fútbol es muy difícil, porque tenés que trabajar con los chicos y los padres. Haciéndoles entender que el fútbol es lo más lindo que existe, aparte de estudiar y de hacer una carrera universitaria.
-¿Cuáles son los torneos en los que están participando?
-Juegan en la liga participando, donde juegan los sábados como Escuelas de Fútbol y la Liga Cordobesa de Fútbol, los domingos. Tratamos de que vayan parejos por esa senda, en ambos torneos. Son dos cosas distintas, hay que prepara los chicos para un campeonato (Escuelas) y para el otro (Liga Cordobesa). Vamos bien, porque hay chicos que son interesantes, que quieren aprender.
-Personalmente ¿Cómo te encuentras en este momento?
-Bien. Con las ganas de trabajar con los pibes. Donde, me cuestionan el porqué no estoy trabajando en clubes más importantes. No es mi momento de trabajar con esa gente grande, es un poco más complicado. Me interesa trabajar con chicos, que le hace falta una u otra cosa, que te atienda, que quiera progresar, estoy encima de ellos trabajando sin presión de los que serian los clubes más grandes.
-¿Cuáles son las presiones que sufren los chicos, por las diferentes competencias?
-Son muy distintas, la presión la puede tener el mismo chico. Cada día, semana y meses que pasa va creciendo como persona y en lo futbolístico pasa lo mismo. No así, en los clubes más grandes donde los jugadores tiene ya todo incorporado. Son pequeñas cosas en las que se los trabaja.
-¿Qué diferencias existen en la actualidad sobre la preparación de los chicos y la que vos estuviste?
-Es difícil. En la época de los 80 y 90, que yo llegue a Instituto, no había muchos equipos como en la actualidad. En aquel tiempo, había una primera local, la reserva y las divisiones inferiores. Jugué unos meses en la primera local y subí a la primera. En cambio, hoy en día es muy difícil, hay muchos chicos, mucha competencia. En aquella época, era más sano, entrenábamos de otra forma, jugábamos de otra manera. Ahora, se trabaja con pesas, se les incorpora vitaminas en la dieta de los deportistas. Se los prepara para el fútbol competitivo, al que hoy se juega.
-¿Crees que los padres someten presión sobre sus hijos?
-Sí. No tiene conciencia ni conocimientos. Hablo siempre, de que el padre tiene que venir y dejar que su hijo juegue al fútbol. Como lo hacían los míos, me dejaban en el entrenamiento o partido; y se iban a tomar mates en un rincón. Meterle presión al chico, es hacerle daño. Todo padre quiere que su hijo salga campeón de una liga, pero lo más importante es que su hijo crezca. Porque, no puede ser que de un partido de fútbol, salga la violencia por los padres. Lo viví como jugador y hoy como técnico. En este club, no lo permitimos. Lo más sano, para cada niño es que se divierta jugando.
Por Fernando Carreras / @fercarreras88