Cada sábado se disputa la jornada de la Liga Cordobesa de Fútbol en donde juega el Femenino, los Cebollitas, la Reserva y la Primera. El clima fuera de las canchas casi siempre es pasivo y, a la vez, activo porque se genera un ámbito agradable donde se juntan las familias y amigos que disfrutan de la jornada.
Esta vez, en el equipo de Cebollitas de Deportivo Lasallano se da la particularidad de que el técnico tiene que, además de dar órdenes e indicaciones a sus jugadores, hacerlo de igual manera con su nieto. Lautaro Darío Alonso tiene 8 años, es arquero y participa en el equipo hace un año donde su abuelo, Lucio Alonso, es el entrenador.
“Hacele caso”, así expresó el jóven arquerito cuando se le preguntó sobre cómo es ser dirigido por su abuelo. Por su parte, el veterano entrenador de 71 años, que está hace más de dos décadas en el club, también señaló el hecho de haber estado dirigiendo, trabajando y formando a los jugadores en el club: “Uno trata de hacer lo mejor posible porque son niños y uno tiene que dar un buen ejemplo para que sean grandes personas. Acá te encontrás con muchas cosas que a veces las tenés que decir en su momento ya que al rato se olvidan, acá el más chico respeta al más grande y viceversa”.
El hecho de que haya familiares en un mismo equipo no es viejo pero en una categoría como la de Cebollitas no es muy a menudo. “Es la primera vez que tengo a un familiar en mi equipo y Lautaro anda muy bien y se va ganando el puesto. El me trata de profe y lo que destaco es el grupo que es maravilloso”.
El fútbol no es un deporte que siempre trae alegrías, y más en estos tiempos, pero en algunos lugares se mantiene la esperanza de mantener esa felicidad a los chicos por querer divertirse un rato. “A mí el fútbol me enseñó muchas cosas que en la vida llevo. También me enseñó a estar frente a grandes jugadores que fueron maestros en mi vida”.