Con más de cincuenta años de trabajo en las canchas de nuestra Liga, Santos Turza fue un inagotable descubridor de grandes talentos, los cuales llevaron el prestigio de nuestro fútbol más allá de las fronteras de la Argentina. Su inextinguible labor desde Instituto Atlético Central Córdoba y como delegado en la Liga Cordobesa de Fútbol marcó a generaciones de futbolistas.

Desde los años setenta, Turza destinó su vida a formar y acompañar a jóvenes en el camino del deporte, dónde fue instructor de figuras como Paulo Dybala, Silvio Romero y Oscar Dertycia, pero también de miles de chicos y chicas que hallaron en él un guía humano, cercano y comprometido.

Santos además fue un fiel defensor del fútbol femenino. En un tiempo dónde no era habitual, él alzó la voz y trabajó activamente por la inclusión, convencido de que el fútbol debía ser un espacio para todas las personas sin importer el género.

La anécdota de cómo descubrió a Paulo Dybala es una de las más elocuentes de su instinto. Turza expresó que vio jugar a la joya por solo diez minutos y le bastó para saber que este debía firmar con Instituto.

Le pidió hablar con él y su padre, manifestándole al joven que no necesitaba demostrarle nada más en ese entrenamiento, solo deseaba que firmará. Evocaba con emoción y lágrimas el proceso para fichar a Paulo, llamando a su club de origen en Laguna Larga y las ligas correspondientes para así poder asegurar su pase a la Gloria.

Redacción: Felipe Albornoz